El acero y su impacto en la calidad del aire

El acero como recurso es una de las principales necesidades de todo país si quiere crecer, se utiliza en la construcción, creación de herramientas, manufactura de automóviles y un sinfín de artículos de nuestra vida diaria.  Como industria podemos decir que es un sector pujante, que se encuentra en crecimiento año con año y eso es un buen indicador de que hay proyectos en marcha, que hay nuevas tecnologías y artículos que lo necesitan. 

Hablando del proceso que conlleva su obtención (extracción) hasta la fase final, donde se obtiene un producto en forma de bobina gigante lista para ser enviadas a plantas para darle la forma que se requiere, es altamente contaminante, se requiere de mucho recurso, mucha energía y el resultante es la contaminación del aire.

Hablando de México, según cifras de CANACERO, nos ubicamos en el 15avo lugar como productores de acero en el mundo, producimos 19.9 millones de toneladas al año de acero de las cuales el 54% proviene del reciclaje.  Aunque esta cifra de reciclaje es alentadora, en promedio por cada tonelada de acero producido se generan 1.18 toneladas de CO2 y se utilizan 13.3Gj de energía, poniéndolo en contexto sería la misma cantidad de energía consumida por un hogar mexicano promedio durante 13.6 meses.

Los impactos y efectos negativos en el aire a raíz de la obtención del acero son la liberación de gases de efecto invernadero, aquellos que clásicamente contribuyen al calentamiento global, generación de material particulado, cuyos efectos provocan una gran variedad de enfermedades respiratorios y cardiovasculares en el hombre, y de compuestos orgánicos volátiles.

Hablando de la etapa del proceso final de manufactura de las placas de acero se genera nuevamente material particulado, óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre y dióxido de carbono.

Observamos entonces que durante todo el proceso del acero vamos a generar emisiones, tanto en el ecosistema donde se extrae como también en las urbes donde se encuentran las plantas que funden y transforman esta materia prima.

¿Deberíamos entonces detenernos y no producir más acero?

Definitivamente no, es un recurso necesario para el hombre y una de las principales actividades económicas en ciertas zonas del país.  Lo que si podemos hacer es que las industrias cuenten con procesos de mitigación de emisiones, uso de filtros y bolsas captadoras de partículas, utilizar fuentes de energía más respetuosas con el medio ambiente, reciclaje de material y también comenzar a medir la calidad del aire.  Esto último permite optimizar procesos de plantas, detectar picos de emisiones y planear formas más efectivas de mitigar el impacto de los contaminantes.

 

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